Las aves son criaturas fascinantes, de asombrosa variedad. Extendidas por casi todo el mundo existen millares de especies, desde los minúsculos colibríes cuyo batir de alas es tan rápido que el ojo es incapaz de percibirlo, hasta las que no pueden volar, como el avestruz o el pingüino. Para la fotografía de aves no es preciso recurrir a los ejemplares exóticos. Es posible obtener bellas fotos de pájaros instalando simplemente un comedero o una pajarera adosados a una ventana. O se puede acudir a un parque, jardín botánico o hábitat similar en una área urbana.
Por supuesto, se obtienen mejores resultados y más valiosos fotografiando pájaros en el campo, en su propio ambiente. Estas fotografías serán aún más satisfactorias porque representarán la culminación de nuestro conocimiento de las especies por las que estemos interesados, buscando y siguiendo su rastro, hasta captar la presa. En ello hay mucho más esfuerzo personal involucrado y un mayor sentimiento de recompensa cuando se ven las fotografías.
El conocimiento de las costumbres de las aves, como el de los lugares donde se posan, permite obtener los mejores resultados. La fotografía de esta pareja de ánades de cola larga se obtuvo utilizando una cámara réflex provista de un teleobjetivo de 300 mm.
Es preciso hacer un esfuerzo previo para saber qué interesa fotografiar. Estudie una guía de campo, que le ayudará a identificar los pájaros comunes en sus alrededores, y consulte otras obras básicas de ornitología en cualquier biblioteca. Solicite consejos personales de miembros locales de organizaciones ecológicas. Amigos de los pájaros los hay en todas partes; también es interesante contactar con clubs de caza y con las cátedras de biología.
Antes de pretender fotografiar las aves, estúdielas. Observe cómo se posan y mueven. Unas saltan constantemente de rama en rama. Otras se posan para observar y cantar durante períodos largos de tiempo. Aprenda sus actitudes, cómo descansan, sus movimientos típicos y los detalles característicos de los ejemplares que le interesen mediante observación con unos prismáticos. Cuanta mayor información tenga, mejor observación podrá efectuar y mejores serán las posibilidades de obtener buenas fotografías.
El equipo más útil para la fotografía de aves es la cámara réflex de un solo objetivo, equipada con un teleobjetivo o un objetivo zoom con una gama de larga distancia focal. Una cámara reflex ofrece la mayor libertad de acción por su poco volumen y su ligereza. También pueden resultar útiles otros equipos y objetivos de menor distancia focal, pero hay que tener en cuenta que en general será difícil aproximarse al motivo.
Con objeto de obtener imágenes suficientemente grandes de la mayoría de las aves sin molestarlas, es necesario un teleobjetivo de 200 mm de distancia focal, o mayor. Los objetivos de distancia focal larga presentan problemas de nitidez, puesto que se amplifican los efectos de cualquier vibración de la cámara o del movimiento en el momento del disparo. Por tanto, es preciso disponer de algún tipo de soporte, como una culata, un trípode o cualquier otro sistema con la misma utilidad. Un dispositivo para soltar o bloquear el espejo independientemente y un disparador de cable constituirán también una gran ayuda para evitar la vibración de la cámara y sus efectos.
Un comedero de pájaros conveniente situado en el jardín, cerca de una ventana, es el escenario ideal para fotografiarlos.
Si hace fotografías desde su propia casa, escoja una ventana desde la cual domine una zona en la que los pájaros se congreguen natural y fácilmente. Es decir, una zona tranquila, sin ruidos fuertes. Para atraer los pájaros coloque un comedero, una bañera o un refugio separados de paredes, vallas y de ramaje que facilite el acceso de gatos. Un comedero o un nido montados sobre un poste no lejos del bosque estarán salvaguardados de gatos y ardillas. Las aves suelen estudiar los alrededores del comedero antes de aproximarse. Averigüe cuáles son las alturas preferidas de la especie que le interesa: unas prefieren bañarse al nivel del suelo, mientras que a otras les gusta una altura de tres o cuatro palmos. Algunas no comen al descubierto. Otras se ocultan en las profundas sombras y frecuentemente tienen los mismos gustos respecto a la ubicación de sus nidos o casas.
Coloque la cámara lo más cerca posible de la ventana para evitar reflejos. Ocúltese detrás de una cortina, especialmente si el comedero se encuentra a poca distancia. Se han podido obtener asombrosas series fotográficas y películas empleando pajareras con tres lados; el cuarto lado, abierto, se adosa a una ventana, de forma que la cámara pueda "ver" directamente el interior de la pajarera. Para una realización de este tipo se cubrió la zona de alrededor de la cámara con cortinas, formando una tienda oscura para que el fotógrafo pasara inadvertido. La entrada para los pájaros, en la parte opuesta, tenía el tamaño aproximado de una moneda mediana, pero dejaba pasar luz suficiente para efectuar fotografías con película rápida.
Antes de colocar la cámara, tenga en cuenta el fondo de la fotografía. Debería ser natural: hierba, un seto o el cielo, mejor que cemento, un garaje o cualquier otro elemento que evite la presencia del hombre, aunque el objeto de las fotografías es mostrar alguna relación entre las aves y el hombre, como en el caso de pájaros que hayan anidado en un porche o que se alimenten en un comedero.
En el campo, lo primero que debe hacer es localizar el nido o los lugares habituales donde comen o cantan las aves por las que tiene interés. Sígalas y obsérvelas; después elija la situación de la cámara. Un emplazamiento escondido es esencial en las zonas de anidación; en general las aves no se acercan al nido cuando perciben anomalías en el entorno; incluso dejan los huevos desprotegidos o los pichones hambrientos por mucho tiempo, lo que puede ser fatal. El método más corriente para ocultarse consiste en construir una estructura provisional de materiales naturales o una pequeña tienda o armazón de madera cubierta por lona de color castaño, verde o de otros tonos que coincidan con los de los alrededores.
Las aves tienen gran agudeza visual. Se aperciben de cualquier movimiento en los alrededores, en especial cerca de sus casas. Si necesita trabajar a corta distancia, lo mejor es erigir un escondite a unos cientos de metros e ir acercándolo poco a poco, acortando la distancia hacia los nidos por etapas de una mitad cada vez; por ejemplo, pasando de 200 a 12 m en 5 días. Si su trabajo es importante o si se trata de un pájaro muy raro, esto no supone un coste excesivo en tiempo y esfuerzo. Y puede ser el único camino para evitar que las aves se asusten y abandonen el nido.
El escondite debe ser lo más pequeño posible, pero con espacio suficiente para trabajar. El recubrimiento habrá de estar sujeto o clavado a una tela metálica de gallinero resistente, extendida entre los soportes de manera que el viento no provoque en ella movimientos anormales, que asustarían a los pájaros. La entrada será siempre por detrás. Procure entrar y salir mientras los pájaros estén fuera del nido; aún así, probablemente le verán desde lejos. Algunas especies, si ven a alguien desaparecer dentro del escondite situado cerca de sus nidos, no se acercarán hasta que hayan visto que quien fuese sale del escondite y se marcha. Pero se les puede engañar de la forma siguiente: busque un compañero que le acompañe al escondite y manténganse juntos hasta entrar en él; permanezcan unos pocos minutos y luego que se marche el compañero.
Posiblemente esto sirva para engañarles; pero en ocasiones los pájaros han aprendido a distinguir entre uno y dos, o unos pocos. En este caso, si han entrado dos en el escondite, tienen que salir dos; su compañero y un espantapájaros, o un maniquí vestido, para que los pájaros se decidan a acercarse a sus nidos.
El objetivo debe salir por un agujero con el tamaño justo para poder mover la cámara y cubrir algo del terreno que rodea el lugar. A corta distancia, cubra el agujero con una tarjeta mate cuando deba mover la cámara, para que el movimiento no alarme a las cautelosas aves en sus nidos.
Ángulo de la cámara. Las fotografías de nidos son más reveladoras cuando la cámara está un poco inclinada hacia abajo (picado). Por ejemplo, para mostrar los huevos y los polluelos recién nacidos se requiere cierta inclinación. Esta es fácil de conseguir cuando se trata de aves que anidan en el suelo; pero en otros casos deberá construir su escondite en lo alto de una escalera de mano suficientemente robusta, en una torreta provisional o sobre alguna rama cercana.
Comodidades. En el interior del escondite deberá poner un asiento (un taburete plegable), comida y bebida, ropa de abrigo (o repelente para insectos, según la época) y posiblemente una radio con auriculares si las esperas han de ser muy largas. Asegúrese de que hay ganchos o estantes para dejar el equipo y no ponerlo en el suelo.
Para tomar fotografías de aves en pleno vuelo u otras formas de movimiento es indispensable una culata o soporte para el hombro cuando se trabaja con teleobjetivo. Debe estar en condiciones de seguir con la cámara todos los movimientos y necesita un apoyo firme para hacerlo con éxito.
Pero ante todo debe saber hacia dónde se dirigen sus aves y en qué forma se mueven.
En la mayoría de los casos se utiliza la luz natural. Pero en ocasiones los nidos están en lugares sombreados, donde la luz es demasiado débil para permitir un tiempo de obturación conveniente cuando se trabaja con teleobjetivo. Los equipos de flash electrónico son una excelente solución, aunque hay que acercarse para poder utilizar la cámara con el flash montado; también se puede colocar con antelación un equipo más cerca del sujeto y con mando a distancia. El breve destello del flash no parece molestar demasiado a la mayoría de las aves, pero sí les perturba un zumbido o chirrido excesivos al efectuarse el reciclaje de la cámara. Una gran ventaja del flash electrónico consiste en que, por la brevedad de su destello, capta el vuelo de las aves sin que salgan movidas.
Obtendrá mejores fotografías utilizando dos equipos de flash emplazados de forma que uno actúe como iluminación principal y el otro para suavizar sombras; así podrá solucionar los problemas de las fotos iluminadas de frente, especialmente la falta de relieve y de dimensión. Debe colocar un cable de sincronía largo directamente hasta la cámara o efectuar el disparo mediante un dispositivo de célula fotoeléctrica que le proporcionará una mayor libertad de movimientos. El disparo será provocado por otro flash colocado en la cámara, aunque esté demasiado lejos de la escena para que su luz influya en la iluminación.
La luz natural resulta más fácil de usar a primeras y a últimas horas del día, cuando el sol va declinando y envía sus rayos horizontalmente por debajo de las ramas o ilumina el pecho de las aves mientras vuelan. A otras horas fotografiará las siluetas a contraluz, particularmente cuando encuadre hacia arriba a su sujeto. Mida el valor de la exposición en un elemento que le sirva de sustituto, como su mano, la rama de un árbol o un montón de hojarasca; rara vez podrá hacerlo con el propio sujeto.
Sobre todo, esté atento. Hay mucho movimiento y demasiadas variables en la fotografía de aves como para que pueda dejar de estarlo siquiera un momento; las imágenes buenas que obtenga compensarán de sobra el tiempo empleado y su esfuerzo.
Concrete in Life 2024/2025 – Global Photography Competition
Concrete in Life" es nuestro concurso anual de fotografía, abierto a todos los fotógrafos (o a cualquier persona con un teléfono con cámara) de todo el mundo. Te propone tomar fotografías del hormigón que hay en tu vida para tener la oportunidad de ganar hasta 10.000 dólares.
Fecha límite de presentación: Hasta el 30 de noviembre de 2024.
Cuota de inscripción: Gratuita.
Temática del concurso: “El Hormigón en la Vida”. El concurso consta de cuatro categorías.
Premios:
• Ganador general: $10,000
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